
No existe mejor forma de ayudar a los polinizadores que fomentando espacios en los
que puedan alimentarse. Las bandas florales, si se elaboran con especies vegetales
autóctonas, pueden constituir magníficas zonas de alimentación de especies de abejas
silvestres solitarias como las abejas albañiles del género Osmia, abejas excavadoras del
género Andrena o abejas coloniales como los abejorros. También pueden alimentarse allí
mariposas como las vistosas chupamieles (Iphiclides feisthamelii) o el conocido macaón
(Papilio machaon). Y por supuesto, también son el lugar de alimento de escarabajos como
Oxythyrea funesta o Cetonia carthami, o de moscas florícolas de la familia de los Sírfidos.
Por otro lado, algunas plantas arvenses, las denominadas “malas hierbas”- que de malas
hierbas no tienen nada- promueven y facilitan la aparición de insectos beneficiosos
controladores naturales de plagas o “fauna auxiliar”. Estos insectos como crisopas,
mariquitas o avispas parasitoides se utilizan en muchos cultivos, huertos y parques en el
control biológico de plaga, reduciéndose así el uso de productos insecticidas.
Por lo tanto, las bandas florales, compuestas por una cuidada selección de especies, son
los perfectos aliados de la agricultura, tanto en un cultivo como en un huerto. Pero
también se pueden utilizar en cualquier espacio verde, jardín o parque, ya que proveen
de servicios imprescindibles para el buen funcionamiento de cualquier ecosistema.
QUÉ TIPO DE PLANTAS ELEGIR: ¡AUTÓCTONAS!
Si se seleccionan plantas en base a criterios climáticos y edáficos, según series de
vegetación potencial, por ejemplo, se están seleccionando especies adaptadas a nuestro
clima, que requieren un menor riego y un menor manejo que las plantas ornamentales
alóctonas, con lo cual se verán reducidos los costes de mantenimiento.
Existen algunas herramientas que nos pueden ayudar a saber si la planta autóctona que
hemos elegido, encaja bien en la ubicación geográfica donde deseamos colocar nuestra
banda floral:

Promover el uso de especies autóctonas es abogar por una mayor sostenibilidad.
Por otro lado, el uso de especies autóctonas garantiza la aparición de una mayor
biodiversidad de fauna. Son las mejores precursoras y facilitadoras de aparición de
fauna autóctona. Los ecosistemas que tienen una mayor cantidad de plantas introducidas
presentan una menor diversidad y biomasa tanto de herbívoros como de animales
insectívoros. Los polinizadores, en general, no se preocupan tanto a la hora de
alimentarse de si las plantas son autóctonas o no, pero los insectos herbívoros sí. Las
plantas alóctonas pueden tener compuestos químicos de defensa a los que nuestros
insectos autóctonos no están acostumbrados, pero sí lo están a los compuestos
excretados por las plantas nativas de las que se alimentan. En otros casos existe una
coevolución de más de 120 millones de años entre algunos polinizadores y plantas
autóctonas, que dificulta la presencia de estos en los lugares donde no están estas plantas.
¿QUÉ ESPECIES PODEMOS UTILIZAR?
Lo interesante es elegir especies vegetales cuyas flores producen grandes cantidades
de polen y néctar. También aquellas cuya floración se vea escalonada en el tiempo
para facilitar alimento en ventanas temporales amplias: básicamente desde marzo a
octubre que es el período en el que la mayor parte de los polinizadores están activos.
Se facilita a continuación un extenso listado de especies elegidas por su producción de
néctar y polen, junto a los meses aproximados de floración, agrupadas por el color de
las flores. Veréis que algunas especies están incluidas en varios colores.

FLOR ESPECIE AMARILLA
Calendula arvensis (1)
Santolina rosmarinifolia (2)
Sonchus oleraceus (3)
Cytisus scoparius (4)
Retama sphaerocarpa (5)
Lotus corniculatus (6)
Linaria spartea (7)
Ranunculus paludosus (8)
Hypericum perforatum (9)
FLOR AZUL O MORADA
Centaurea cyanus (1)
Lupinus angustifolius (2)
Vicia villosa (3)
Lavandula pedunculata (4)
Rosmarinus officinalis (5)
Salvia verbenaca (6)
Lamium amplexicaule (7)
Malva sylvestris (8)
Viola arvensis (9)
FLOR ESPECIE ROJA
Lathyrus cicera (1)
Papaver rhoeas (2)
FLOR ESPECIEBLANCA
Silene vulgaris (1)
Prunus dulcis (2)
Prunus spinosa (3)
Cistus ladanifer (4)
Thymus mastichina (5)
Thymus zygis (6)
Antirrhinum graniticum (7)
Crataegus monogyna (8)
Rosa canina (9)
Rubus ulmifolius (10)
Viola kitaibeliana (11)
FLOR ESPECIE ROSA
Cistus albidus (1)
Lonicera etrusca (2)
Trifolium pratense (3)
Digitalis thapsis (4)
Paeonia brotevi (5)
Silene colorata (6)
Antirrhinum graniticum (7)
Rosa canina (8)

Algunas especies que se utilizan para fomentar la aparición de insectos beneficiosos
controladores de plagas son Convolvulus spp.(1), Polygonum spp.(2), Amaranthus
retroflexus(3), Chenopodium álbum(4) y algunas especies de umbelíferas como la zanahoria.
SIEGAS, PODAS, DESBROCES…
Estas bandas florales proveen básicamente de alimento y refugio a estos insectos
polinizadores y beneficiosos. Y el alimento, lo obtienen principalmente de las flores. Hay
que tener muy en cuenta este aspecto ya que es primordial reducir el número de siegas
o adecuarlas tanto temporalmente como espacialmente, para intentar que las flores se
mantengan el mayor tiempo posible.
Si se realizan siegas y desbroces en los períodos de floración estaremos reduciendo sus
recursos alimenticios. Por lo tanto, es necesario realizar estas siegas en períodos como
otoño o invierno, en los que la reducción de recursos florales es muy baja.
Si no es posible espaciar temporalmente de forma uniforme las siegas, se puede realizar
una alternancia espacial en las zonas de siega para maximizar el tiempo de permanencia
de las especies de herbáceas con porte alto y de las flores. Estableciendo parches en
nuestra banda floral, se pueden utilizar siegas alternas o en mosaico, las cuales permiten
que alguno de los parches no esté segado al menos en un año, para intentar disminuir en
la medida de lo posible la pérdida de recursos tróficos de especies de insectos
polinizadores.
Textos facilitados por Raquel Sánchez Torres, Técnica de Campo del Proyecto Misión Polinizadores, Brinzal.